martedì 5 febbraio 2008

Miles Davis

Miles Davis es, junto a Louis Armstrong, la gran figura del jazz, y no me refiero sólo a su popularidad (es conocido incluso por aquellos que nunca han escuchado uno de sus álbumes, es un icono de la música), sino a que ambos lo hicieron avanzar. Claro que, en el caso de Davis, se puede afirmar que lo revolucionó, hasta tres veces además. De hecho, desde finales de los 40 hasta principios de los 70 (y hay quien lo alargaría hasta dos décadas más), encabezó cada innovación del jazz. Fue el creador del cool jazz, el estilo que mejor se adapta a su manera de tocar la trompeta (al menos más que el bebop), a finales de los 50 introdujo el jazz modal (que se basa, para la improvisación, en escalas y no en acordes) y, finalmente, en 1969, ofreció la primera fusión válida de jazz y rock, iniciando asi el estilo conocido como Fusion. A partir de entonces, su carrera no fue tan brillante, aunque en los 80 siguió experimentando, influenciando a la escena electrónica y hasta siendo uno de los pioneros en la fusión de jazz y rap. Por eso existe la opinión de que el jazz ha dejado de evolucionar a partir de su muerte (1991), aunque yo creo que eso no es del todo cierto teniendo en cuenta que el nu-jazz, sobre todo a partir de la segunda mitad de los 90, ha iniciado una nueva evolución, gracias a St. Germain, Matthew Herbert y compañía. En cualquier caso, lo que está claro es que escuchar la discografía de Davis es imprescindible para conocer la historia del jazz, es decir, la historia de la música del siglo XX.

Nacido en Alton (Illinois), el 26 de Mayo de 1926, hijo de Dr. Miles Dewey Davis, Jr. y Cleota Mae Davis (profesora de música), se interesó pronto por la música, recibiendo clases de trompeta desde los 12 y tocando en grupos locales de R&B. Tras poder formar parte de la big band de Billy Ekstine, en la que tocaban Dizzy Gillespie y Charlie Parker (los dos representantes del bebop), se mudó a Manhattan para ingresar en el Institute of Musical Art in New York City (el conocido como Julliard), pero asistió poco a clase porque prefirió tocar junto a Charlie Parker, algo que me parece muy sensato: estoy convencido de que se aprende más durante una hora con “Bird” que en varios años de clases, por bueno que sea el profesor. Gracias a esos años junto a maestro, mejoró como intérprete, precisamente porque la velocidad del bebop exigía notables competencias técnicas.

Posteriormente formó un noneto, integrado por, entre otros J.J. Johnson, Lee Konitz, Gerry Mulligan, John Lewis y Max Roach, con el que grabó doce temas para Capitol, con arreglos del gran Gil Evans, unas grabaciones de 1949 que no serían editadas hasta 1957, conformando la obra maestra Birth of the cool. Esas grabaciones, no obstante, fueron enormemente influyentes, dando lugar al estilo conocido como cool jazz. La primera mital de los 50 fue una época oscura para Davis, debido a su adicción a la heroina, de la que no se liberó hasta mediados de la década, cuando formó su primer quinteto, formado por el saxofonista John Coltrane, el pianista Red Garland, el contrabajista Paul Chambers y el batería Philly Joe Jones, con el que grabó una serie de discos para el sello Prestige: The new Miles Davis Quintet, Cookin', Steamin', Workin’ y Relaxin'. Tras esta etapa, y tras impresionar con su interpretación de Round about midnight en el Newport Jazz Festival de 1955, consiguió un contraro con la major Columbia (que duraría treinta años), para la que grabó Round about midnight, seguido de una nueva colaboración con el arreglista Gil Evans, en Miles ahead. Sumó al saxofonista Cannonball Adderley, creando un sexteto con el que grabó Milestone (1958 ) y el que habitualmente se considera el mejor, más conocido y más vendido álbum de jazz: Kind of blue. Además, editó otras dos inolvidables colaboraciones con Gil Evans: Porgy and Bess y Sketches of Spain. Entre tanto, en uno de sus viajes, creó la banda sonora para el film Ascenseur pour l'echafaud, de Louis Malle.

Ya en los 60 formó un nuevo quinteto, esta vez con el saxofonista Wayne Shorter, el pianista Herbie Hancock, el batería Tony Williams, y el contrabajista Ron Carter. Con esta formación experimentó con el free jazz e introdujo el jazz modal que ya había desarrollado en Kind of blue. A finales de los 60 comienza a usar instrumentos electrónicos, utilización que culmina en dos álbumes de jazz-rock, Bitches brew e In a silent way, con los que nace la Fusion, y en los que participan Chick Corea, Herbie Hancock, John McLaughlin, Wayne Shorter o Joe Zawinul, entre otros. En los 70 tiene que interrumpir sus grabaciones y apariciones en directo por un accidente, y no volverá hasta 1980. Acostumbra a actúar de espaldas al público y alternando el piano y la trompeta, mientras que su trabajo de estudio sigue siendo tan experimental, aunque no sea ni tan mainstream ni, sobre todo, tan convincente. Claro que esta última etapa de su carrera (muere en 1991) todavía necesita de la perspectiva temporal para ser apreciada correctamente. Es muy posible que en unos años algunos de sus discos de los 80 adquieran el estatus de obras maestras como lo son sus grabaciones de décadas anteriores. Eso sí, hasta el final estuvo impulsando el jazz hacia adelante, como siempre, y está por ver quién será el nuevo Miles Davis (si es que hay uno), esa figura que vuelve a revolucionar la música durante décadas.



Escrito por Santiago Tadeo Cervera para http://www.acidjazzhispano.com/

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