lunedì 29 dicembre 2008

Crítica de Paris, de Erik Truffaz y Sly Johnson.


Erik Truffaz y Sly Johnson.
PARIS.
Blue Note.
Edición: 3 Noviembre 2008.
Estilo: Jazz; Jazz Ambiental.
Gustará a...: los que disfruten con los encuentros musicales guiados por la búsqueda artística.

El 3 de Noviembre del 2008, Erik Truffaz editó tres novedades, una triología denominada “Rendez-vous” (citas), una selección que, en palabras del trompetista francés, ofrece “una cartografía de los encuentros musicales de estos dos últimos años. Me gustaría que esté abierta en el futuro, porque detrás de los silencios se esconden seguramente otras músicas”. Este serie se compone de los álbumes Benares, con Indrani Mukherjee, Apurba Mukherjee y Malcolm Braff, Mexico, con Murcof, y, finalmente, este que nos ocupa, Paris, con Sly Johnson. En lugar de ir presentando poco a poco estas colaboraciones con músicos tan diversos, Erik Truffaz decidió ponerlos a disposición del oyente simultáneamente, como si fuesen tres capítulos de un cuaderno de viaje musical que sólo puede leerse/escucharse de un tirón. Habría que ver, por tanto, si existe un precedente así en la industria musical, si algún otro artista también sumó tres referencias a su discografía un mismo día, aunque son cuatro si se cuenta también la edición de lujo que recopila las tres obras, Rendez-Vous, todas editadas por Blue Note. Por nuestra parte, es una gran alegría, porque sus novedades siempre son interesantes y enriquecedoras.

Con Paris, Erik Truffaz mantiene su voluntad de crear una discografía en la que no haya dos álbumes sucesivos iguales. Si en el pasado buscó la innovación, la diferenciación, mediante la fusión de jazz con otros estilos (hip hop, rock, pop...), esta vez lo hace a través de la colaboración, aunque tampoco eso sea inédito, pues previamente ya había compartido el estudio con ilustres invitados, como el rapero Nya o los vocalistas Mounir Troudi y Ed Harcourt. Ahora bien, nunca antes había tenido tanta relevancia la colaboración, o no había sido el eje central del disco. Aquí, el vocalista Sly Johnson no es un invitado, pues lo que escuchamos es un dúo entre la voz y el trompetista, un apasionante diálogo en el que los términos “voz principal” y “voz de acompañamiento” pierden su significado. Erik Truffaz recupera su faceta más ambiental y etérea, la que recuerda a Miles Davis, mientras Sly Johnson se presenta como una versión sin malabarismos del más inspirado (y jazzístico) Bobby McFerrin. Pero nada importan los referentes cuando lo que se escucha es una creación tan honesta, una colaboración que se resuelve de manera tan natural y, finalmente, una música bellísima e intensa.

Este es el tracklist del CD:

Mr Wyatt. 5:08
Come together. 3:01
Addis abeba. 4:47
Nature boy. 3:02
Nina’s dream. 3:57
La mouche. 3:18
Goodbye tomorow. 2:55
Don’t stop. 3:36
The fly. 6:29

Duración total: 36:13

9/10

Escrito por Santiago Tadeo Cervera para la web Acid Jazz Hispano.

sabato 18 ottobre 2008

Crítica de Radiolatians 1, de Medeski, Martin & Wood


Medeski, Martin & Wood.
RADIOLATIANS 1.
Red Ink.
Edición: 30 Septiembre 2008.
Estilo: Jazz-Funk; Soul-Jazz; Jazz De Vanguardia; Post-Bop.
Gustará a…: los seguidores de siempre de Medeski, Martin & Wood.

Muy posiblemente, 2008 será recordado como el año más activo de Medeski, Martin & Wood, al menos discográficamente hablando. Además, sus ediciones han sido muy peculiares, ninguna puede considerarse como un álbum de estudio al uso. Inauguró el 2008 con su esperado disco para niños, el simpático y divertido Let’s Go Everywhere (Little Monster Records) que, a pesar de estar pensado para un público de corta edad y, por tanto, con poca cultura musical, resulta estimulante también para un oyente adulto. Su segunda aparición discográfica se produjo en Agosto, de la mano del sello Tzadik, con Zaebos: Book Of Angels, Vol. 11. También se trata de un disco especial, puesto que forma parte de la serie impulsada por John Zorn, que consiste en la interpretación, por parte de diversos artistas, de su repertorio Masada: música judía contemporánea. Pues bien, poco más de un mes después, se editó su tercera referencia anual, Radiolatians 1, el inicio de una trilogía. Que sea el primero de tres trabajos ya lo convierte en un tanto peculiar, pero lo que lo diferencia de la mayoría de proyectos discográficos es que, antes de entrar al estudio, Medeski, Martin & Wood estuvo rodando los temas durante una extensa gira. Así pues, el disco no es el punto de partida de una presentación sobre los escenarios, sino lo contrario, y ese mismo proceso es el que el trío quiere repetir en las dos entregas siguientes.

En cualquier caso, tras dos álbumes que se sitúan al margen de su propia trayectoria (tres contando la colaboración con John Scofield en Out Louder, del 2006), Medeski, Martin & Wood vuelve a ofrecer un trabajo personal, recupera su vena más aventurera, experimental e innovadora. Es asombroso que, tras más de una decena de álbumes, todavía logre sorprender, explorar nuevas sonoridades. Pero su mayor mérito reside en lograr este efecto novedoso, en seguir entusiasmando, a pesar de utilizar los tres elementos de siempre: jazz, funk y soul. Bueno, esos tres sumados a un cuarto: improvisación. En esto último, juega a su favor que Billy Martin, John Medeski y Chris Wood lleven grabando juntos desde 1992, año en el que debutaron con Notes From The Underground. No es que estén completamente compenetrados y que su conjunción sea asombrosa, es que yo creo que cada uno de ellos debe conocer (musicalmente) a los otros dos mejor incluso que ellos mismos. Seguro que cuando John Medeski va a tocar una nota al teclado, Chris Wood ya sabe cual va a ser y Billy Martin ya tiene pensando el pulso rítmico más adecuado.

Antes de terminar con esta crítica, debo hacer una precisión. Radiolatians 1 recupera la vertiente más vanguardista y arriesgada de Medeski, Martin & Wood, muestra su voluntad de seguir explorando su proprio camino, pero lo hace sin perder su cara más lúdica y divertida, con grandes dosis de sentido del humor. Así que será música intelectual y exigente, pero también accesible y encantadora.

Créditos:
Billy Martin: batería, arreglos y producción.
John Medeski: teclados, arreglos y producción.
Chris Wood: bajo, guitarra, arreglos y producción.
David Kent: ingeniero y mezcla.
Jed Kosiner: asistente del ingeniero y asistente de la mezcla.
Alan Silverman: masterización.

Este es el tracklist del CD:

First light. 8:28
Cloud wars. 6:26
Muchas gracias. 6:36
Professor nohair. 7:34
Reliquary. 7:45
Free go lily. 4:32
Rolling son. 5:57
Sweet pea dreams. 2:59
God fire. 7:26
Hidden moon. 6:42

Duración total: 1:04:25

9/10


Escrito por Santiago Tadeo Cervera para la web Acid Jazz Hispano.

lunedì 8 settembre 2008

Crítica de Modern antique, de Robin McKelle


Robin McKelle.
MODERN ANTIQUE.
Cheap Lullaby/ Blue Note/ EMI.
Edición: 2008.
Estilo: Big Band Jazz; Jazz Vocal; Pop Tradicional.
Gustará a…: los que se contenten con escuchar la voz de Robin McKelle.

Es curioso que una propuesta que tan bien funciona en Introducing Robin McKelle no lo haga en la misma medida en Modern antique, el siguiente trabajo de Robin McKelle. Con el primer álbum se le abrieron las puestas del mercado internacional, consiguió lo que el título anunciaba: presentarse ante el mundo, darse a conocer entre los amantes del jazz y, especialmente, entre los que disfrutan con el jazz vocal. Su decidida apuesta por recuperar el sonido clásico de la era dorada de las big bands entusiasmó a la crítica y también fue muy bien recibida por un sector de melómanos no necesariamente cercanos al jazz. No obstante, Robin McKelle fue la gran protagonista: Introducing Robin McKelle nos descubrió a una vocalista de talento con una bonita voz. Esto último lo confirma Modern antique, pues la cantante vuelve a mostrar sus dotes frente al micrófono, su facilidad para apropiarse de clásicos inconfundibles y para convencer al interpretar estándards que inmortalizaron algunas de las más grandes vocalistas de la historia del jazz.

Sin embargo, todo lo demás, esto es, el acompañamiento orquestal y/o de big band, no resulta tan atractivo como cabría esperar. No es muy diferente del escuchado en Introducing Robin McKelle, de modo que si en este caso no convence es porque repite la misma fórmula y, por tanto, ya no sorprende. Pero no es sólo una cuestión de novedad versus repetición, porque queriendo lanzarse sin miedo a unos arreglos más grandiosos, alcanzan tal protagonismo que casi arruinan la elegancia vocal de Robin McKelle. Es comprensible que ocurriese así, porque en Introducing Robin McKelle uno de los aspectos que más se alabó fue la vuelta a los acompañamientos de big band, y esto, unido a un notable aumento del presupuesto debido al éxito del mencionado disco, deriva en un envoltorio sonoro mucho más lujoso, que no se contenta con una amplia big band e incluye una numerosa sección de cuerda. Además, a pesar de que el trompetista Willie Murillo vuelve a participar en calidad de arreglista y productor, los arreglos aquí escuchado son en exceso convencionales, hasta empalagosos. En demasiados pasajes, la suma de todos estos factores hace que no podamos disfrutar de la interpretación de Robin McKelle, que deseemos escucharla con un formato mucho más reducido. Finalmente, aunque forma parte de lo que se espera de esta artista, el repertorio elegido ―una colección de clásicos archiconocidos― no es muy estimulante, se echa de menos algo de osadía en la selección. Eso sí, tampoco parece que el remedio pueda venir a través de sus propias composiciones, porque la balada pop que nos deja como conclusión, Remember, es del todo prescindible y no encaja muy bien con lo anterior.

Este es el tracklist del CD:

Abracadabra. 3:34
Comes love. 3:24
I want to be loved. 3:38
Lover man. 4:42
Cheek to cheek. 3:46
Day by day. 3:26
Save your love for me. 6:16
Go to hell. 2:52
Lullaby of bridland. 3:28
Make someone happy. 4:44
Remember. 4:39

Duración total: 44:29

7/10



Escrito por Santiago Tadeo Cervera para la web Acid Jazz Hispano.

mercoledì 6 agosto 2008

Crítica de Party intellectuals, de Marc Ribot’s Ceramic Dog


Marc Ribot’s Ceramic Dog.
PARTY INTELLECTUALS.
Pi Recordings.
Edición: 24 Junio 2008.
Estilo: Jazz De Vanguardia; Rock Experimental.
Gustará a…: los que necesiten un respiro entre tanta rareza de Marc Ribot.

La discografía de Marc Ribot es compleja, poco accesible para los que no estén acostumbrados a la vanguardia, a la experimentación. Su música exige un esfuerzo intelectual al oyente, aunque siempre le recompensa con creces. Además, una de sus señas de identidad es que nunca repite dos veces la misma propuesta. Sin embargo, esa máxima se rompe parcialmente con Party intellectuals, su primer trabajo continuista en casi dos décadas de carrera. Sigue sin ser una repetición, porque no hay un álbum previo del que se erija como continuación, pero esta vez no ha querido romper por completo con lo grabado anteriormente. Ahora bien, respecto a su precedente novedad, Excercises in futility, en las tiendas sólo unos meses antes, sí supone un gran cambio. Ceramic Dog es el nombre de la que muy posiblemente sea la primera banda de rock de la dilatada trayectoria de Marc Ribot. Por supuesto, el guitarrista siempre ha tenido una vertiende rockera, más o menos expresada según el disco, y yo creo que es un artista más rockero que jazzístico (por comparar los dos estilos que más ha desarrollado en su discografía), pero nunca antes se había atrevido con un disco de rock.

El sonido de Party intellectuals remite al de los comienzos como líder de Marc Ribot a principios de los 90, a álbumes como Rootless cosmopolitans (1990) o Requiem for what’s his name (1992), pero también recuerda a una de sus primeras bandas, Shrek, con la (notable) diferencia de que este último proyecto es mucho más accesible, más rockero y mucho más desenfadado, con el humor que siempre ha caracterizado su obra. Olvidad su complejo rock experimental de la década anterior, porque aunque aquí en ningún caso opte por el mainstream, sí ha creado su álbum más accesible desde sus entretenidos discos con Los Cubanos Postizos (The prosthetic cubans y Muy divertido!). También es su trabajo más energético desde el excesivo (pero imprescindible) Asmodeus: Book Of Angels, Vol. 7, y en ambos hace maravillas con el formato trío. En fin, comenzar con una versión de Break on through, de The Doors, ya es sintomático de que nos espera un disco que, como su título anuncia, será lo más parecido posible a una fiesta musical (no desprovista de intelecto).

Créditos:
Marc Ribot: guitarra, voz y composición.
Shahzad Ismaily: bajo, voz y moog.
Ches Smith: batería, percusión, electrónica y voz.
Janice Cruz: voz en tema 3.
Keni Quilter: voz en tema 11.
Martin Verajano: percusión en tema 8.

Este es el tracklist del CD:

Break on through. 3:44
Party intellectuals. 5:50
Todo el mundo es kitsch. 5:11
When we were young and we were freaks. 8:18
Digital handshake. 10:15
Bateau. 4:15
For malena. 3:20
Pinch. 4:43
Girlfriend. 3:35
Midost. 10:04
Shsh shsh. 5:49
Never better. 3:29

Duración total: 1:08:33

9/10

Escrito por Santiago Tadeo Cervera para la web Acid Jazz Hispano.

domenica 29 giugno 2008

Crítica de Esperanza, de Esperanza Spalding


Esperanza Spalding.
ESPERANZA.
Heads Up International.
Edición: Mayo 2008.
Estilo: Jazz Contemporáneo; Jazz-Pop; Jazz Latino; Post-Bop.
Gustará a…: amantes del jazz sin miedo al eclecticismo.

A sus 23 años, Esperanza Spalding había realizado ya una asombrosa trayectoria, llevaba varios años dando clase en el prestigioso Berklee College of Music, había demostrado su talento sobradamente, iba por su segundo álbum como líder y, en definitiva, era ampliamente considerada como un prodigio y como una de las grandes esperanzas (perdonad el chiste fácil) del jazz estadounidense. Herbie Hancock debutó con 22 años, y encima en Blue Note, pero era una de las pocas excepciones, así que es comprensible que se crease tanta expectación ante el comienzo de la que, se presumía, iba a ser una gran discografía. No obstante, por mucho que Esperanza Spalding evidenciase una admirable madurez, seguía siendo una joven de 23 años que todavía tenía mucho que aprender. Tomar consciencia de su enorme facilidad quizá fuese lo que le llevó a asumir prácticamente toda la responsabilidad en su segundo álbum de estudio, Esperanza, esto es, interpretar el contrabajo, cantar, componer, arreglar, producir y liderar todas las fases de su creación. Sin embargo, aunque ese fuese un motivo más para aplaudirla, es también lo que lastró el disco. Se echa de menos la figura de un productor, o productor ejecutivo, como lo fue Pablo Valero en su estupendo debut, Junjo (2006, Ayva Musica). Alguien que le guíase en su crecimiento, que le marcase unos límites o, simplemente, que le ayudara a tomar decisiones en aspectos esenciales, como el tracklist final: que Esperanza supere la hora de duración es su principal problema (y estaréis de acuerdo conmigo en que esa es, en cualquier caso, una buena señal).

Respecto a Junjo, dos son los cambios principales en este segundo álbum, y ambos tienen que ver con que ganase en seguridad. El primero es que el conjunto se amplia, pues pasa del trío (Aruán Ortiz + Francisco Mela) a una formación más amplia. El segundo es que ya no es una contrabajista que, ocasionalmente se atreve a cantar, sino que casi pasa a ser lo contrario, una vocalista que también toca el contrabajo. Seguramente animada por los buenos resultados obtenidos en su debut, aquí desarrolla ampliamente su faceta de cantante, algo positivo porque favorece una mayor variedad del conjunto, pero que no acaba de ser plenamente satisfactorio porque es mucho mejor contrabajista que vocalista: su registro vocal es limitado, aunque es muy meritorio que cante en español, portugués e inglés. Por otra parte, no sé si es premeditado o una consecuencia de la coexistencia de sus múltiples influencias, pero parece que conviven dos Esperanza Spalding en Esperanza. Por una parte observamos su predisposición a sumergirse en el exigente y estimulante terreno del jazz de vanguardia, a poner en marcha una jam con sus colaboradores, a improsivar. Sin embargo, esta tendencia no es la mayoritaria, porque predominan los cortes en los que propone una reinterpretación, más o menos convencional, de los estándares del jazz vocal (pese a ser a través de composiciones propias) o, peor aún, del más conformista jazz-pop. Pero ni siquiera en estos últimos casos pierde el atractivo su música, porque siempre hay algún elemento (un pasaje vocal, un apunte al contrabajo, unos arreglos especialmente inspirados…) que nos recuerda el enorme talento de Esperanza Spalding. Además, esta ambiciosa apuesta por la variedad representa, en sí misma, una aventura para el oyente, que asiste a una sorpredente sucesión de piezas influenciadas por las músicas brasileñas o latinas, por el soul, el R&B, el post-bop… Parece inevitable que la estadounidense sienta el deseo de explorar todas sus inquietudes, pero sería bueno mayor concisión o, si fuese necesario, que realizase álbumes monotemáticos, eligiendo cada vez entre una de sus muchas influencias.

En definitiva, aquí nació una estrella, pero todavía no brillaba tanto como se creía que podía hacerlo.

Créditos:
Esperanza Spalding: voz, contrabajo, composición y producción.
Leo Genovese: piano, rhodes, wurlitzer, gretchen parlato y coros.
Jamey Hadda: percusión.
Otis Brown: batería y coros.
Horacio Hernández: batería.
Donald Harrison: saxo alto en temas 6 y 11.
Ambrose Akinmusire: trompeta en temas 8 y 11.
Niño Josele: guitarra en tema 12.

Este es el tracklist del CD:

Ponta de areia. 5:39
I know you know. 3:46
Fall in. 3:57
I adore you. 7:27
Cuerpo y alma (Body & Soul). 8:01
She got to you. 4:29
Precious. 4:24
Mela. 6:57
Love in time. 5:47
Espera. 4:40
If that’s true. 7:33
Samba em preludio. 5:11

Duración total: 1:07:56

8,5/10

Escrito por Santiago Tadeo Cervera para la web Acid Jazz Hispano.

domenica 18 maggio 2008

Crítica de Lunas, soles & elefantes, del Marta Sánchez Trio


Marta Sánchez Trio.
LUNAS, SOLES & ELEFANTES.
Errabal. (ER.021)
Edición: 2008.
Estilo: Jazz.
Gustará a…: los que disfruten con la belleza de una buena melódica jazzística.

Los seguidores del muy recomendable sello vasco Errabal posiblemente recuerden el nombre de Marta Sánchez como una de las integrantes del cuarteto Zafari Project, que en el 2006 debutó con el interesante disco homónimo. En aquel proyecto, la pianista era, junto al saxofonista Julio Botti, la parte melódica de una música que se caracteriza por su vibrante ritmo, por su swingueante concepción bopera. Pues bien, es un placer descubrir en este trío una ramificación ―de indudable independencia― de aquel cuarteto, una reducción al conjunto rítmico básico del jazz: piano, batería y contrabajo. Carlos Barretto y Andrés Litwin reemplazan a Francisco López y Hasier Oleaga, aunque estrictamente no se puede hablar de sustituciones tratándose de un nuevo grupo. Este es el inicio de la carrera como líder de Marta Sánchez, no una continuación de Zafari Project, y es la personalidad de la pianista, su manera de afrontar el jazz, la que determina la orientación artística tomada por el trío. Ahora bien, los que disfrutaron con Zafari project tienen una cita con Lunas, soles & elefantes, pues están obviamente conectados.

La carátula y el título del álbum debut del Marta Sánchez Trio predisponen al oyente a escuchar un tipo de jazz etéreo, cósmico, espiritual (o ingrávido, como bien dice David Gotxicoa en su texto). Sin embargo, aunque la sensación que uno tiene no es radicalmente distinta, no es exactamente esa. En lugar de pasajes ambientales, Lunas, soles & elefantes depara un encuentro con un jazz entre post-bop y hard-bop que, rítmicamente, no concede tregua. En cambio, el título, el diseño y la música sí tienen en común la búsqueda de la belleza como prioridad, antes que el virtuosismo o la experimentación. El virtuosismo sí hace acto de presenta en la interpretación del trío, especialmente en numerosos pasajes de Marta Sánchez de innegable dificultad técnica, pero es lo de menos, porque aquello que destaca durante la primera escucha y seduce en todas las demás, es la belleza de las melodías y las improvisaciones. Los tres músicos disfrutan de sus momentos de protagonismo en forma de solos que, invariablemente, desarrollan tras la introducción melódica (en este sentido, el álbum propone una estructura clásica), pero además de no ser los protagonistas absolutos, estos fragmentos improvisados rara vez pierden de vista la melodía. En efecto, lo que parece interesar a Marta Sánchez es la creación de texturas cálidas, de un sonido que tiende al lirismo y que favorece, por ejemplo, que Carlos Barretto intérprete el contrabajo con el arco en el tema que da título al disco. En lo que respecta al pianismo de la líder del trío, no faltarán las inevitables comparaciones con Bill Evans o Brad Behldau, pero también toma elementos de carácter percusivo de Béla Bartók y, en líneas generales, evidencia un gran conocimiento del repertorio clásico.

Por cierto, en Lunas, soles & elefantes hay un tema dedicado a mí, bueno, a mí y a todos los que se llamen Santiago.

Créditos:
Marta Sánchez: piano.
Carlos Barretto: contrabajo.
Andrés Litwin: batería.
Juan Carlos Blancas: técnico de grabación.
Pablo Schuller: mezcla.
David Gotxicoa: notas.

Este es el tracklist del CD:

La tristeza de ma.
Txu.
Natu.
One for Santi.
Mr. J.
Making it happen.
Lunas, soles & elefantes.
Diabolic.

9/10

Escrito por Santiago Tadeo Cervera para Acid Jazz Hispano.

martedì 15 aprile 2008

Entrega de los III PREMIOS ACID JAZZ HISPANO 2007 -Marula Café - 24 Abril - Madrid


Los Premios Acid Jazz Hispano, que comenzaron a celebrarse en el 2005, han ido creciendo año a año, pues el aumento en el número de categorías ha sido paralelo al del número de participantes. También esperamos que esto esté acompañado por una cada vez mayor consideración por parte de los visitantes de esta web y por los artistas, hayan o no sido nominados/premiados. Siguiendo con este progresivo crecimiento, que esperamos tenga continuidad en el futuro, este año, por primera vez, organizamos una entrega de premios. Tras conocerse los resultados de los III Premios Acid Jazz Hispano 2007, hemos querido entregar personalmente los premios a todos los ganadores que puedan asistir. Será un fiesta sencilla, pero queremos que sea exactamente eso, una fiesta protagonizada por buenos músicos y responsables de su difusión, una reunión de amantes de la buena música. Tendrá lugar en la sala ganadora del Premio a la Mejor Sala, Marula Café, el Jueves 24 de Abril, a las 22:00. Primero entregaremos los diplomas a los ganadores, y acto seguido empezará la parte musical con una sesión del Colectivo Acid Jazz Hispano (Álex Sampedro, Santiago Tadeo Cervera y José Antonio de la Jara), seguida por otra de Casbah 73, el gran triunfador de los III Premios Acid Jazz Hispano 2007. ¡Os esperamos! Ver flyer.

Crítica de Steps, de Ximo Tébar & Ivam Jazz Ensemble


Ximo Tébar & Ivam Jazz Ensemble.
STEPS.
Omix Records. (08020 CD)
Edición: 2008.
Estilo: Jazz Contemporáneo; Jazz-Fusión.
Gustará a…: los amantes del los artistas que sienten el deseo de innovar.

Si uno recuerda la carátula de Eclipse al ver la de Steps, pensará que este último es un álbum continuista, pues el diseño es muy similar. Diréis, no sin lógica, que ese es un detalle sin importancia, y desde luego que no es esencial, pero es el propio Ximo Tébar el que firma la dirección de arte, de modo que este es uno de los pocos casos en los que el artista elige la carátula que quiere. El disco, en efecto, es coherente con el resto de la discografía del guitarrista, sigue una misma línea evolutiva, si se me permite esta expresión, y es evidente que los que hayan disfrutado con sus trabajos previos tienen una cita con este. No obstante, sí se aprecia una cierta voluntad de cambio en Steps, el interés por explorar un jazz distinto del que ya domina, de seguir el sabio consejo de Chillida de que uno debe hacer lo que no sabe hacer. De hecho, esta grabación se enmarca en el deseo de Ximo Tébar de acercarse a un particular estilo jazzístico surgido a mediados de los 90, el nu-jazz. Eso sí, un nu-jazz al que se llega desde el jazz, que no introduce elementos electrónicos sino que encuentra el elemento renovador en las propias interpretaciones, en unos arreglos que huyen de los lugares comunes. Yo tengo otro concepto del nu-jazz, creo que el sonido aquí propuesto tiene más de jazz contemporáneo, de jazz abierto a la fusión, pero esta discusión terminológica no es importante. Zanjemos la cuestión con un silogismo: el autor califica esta música de nu-jazz, esta música es buena, luego este nu-jazz es bueno. En todo caso, para terminar, él mismo denomina a esta música, en su web, como “modern-jazz-fusion”.

Steps se abre con una imaginativa y nada obvia versión de Pink panther, el inmortal clásico de Henry Mancini, aquí reconvertido en una pieza de jazz vanguardista y siempre sorprendente. A priori, una apertura con un corte como suele ser un intento de agradar, y de hacerlo por la via rápida, con una melodía que forma parte del imaginario colectivo, pero claro, no os sorprenderá nada si afirmo que eso no es así en el caso de Ximo Tébar. Pues bien, este inicio establece la tónica del disco, porque incluso cuando parte de originales algo más elaborados, de grandes como John Coltrane, Wayne Shorter o Herbie Hancock, los revisita desde una perspectiva enormemente creativa, ofreciendo una nueva perspectiva, situándolos en otro contexto sonoro o, sencillamente, considerándolos la excusa perfecta para desplegar atrevidas improvisaciones colectivas. Este repertorio lo redondea con la seductora balada Zap y con el homenaje a Coltrane en Steps, dos magníficas composiciones propias. Además, como es habitual en él, se ha rodeado de grandes intérpretes, algunos de ellos rostros conocidos para los que acudan a los conciertos del guitarrista y conozcan su discografía, otros, como Orrin Evans, Alex Blake o Boris Kozlov, recién incorporados.

Un gran disco, otro más.

Créditos:
Ximo Tébar: guitarra, scats, arreglos, producción.
Orrin Evans: piano eléctrico y rhodes.
Donald Edwards: batería, arreglos del tema 7.
Alex Blake: bajo acústico.
Boris Kozlov: bajo eléctrico.
Ester Andújar: coros.
Ramón Cardo: saxo soprano.
Santi Navalón: teclados.
Stefan Braun: violonchelo.
Kiko Berenguer: saxo tenor.
David Pastor: trompeta.
Vicente Sabater: grabación, mezcla y masterización.
Nacho Navarro: asistente de grabación.
Toni Macias: asistente de grabación.

Este es el tracklist del CD:

Pink panther.
26-2.
Four on six for wes.
Zap.
Actual proof.
Nefertiti.
Essential passion.
Steps.

Duración total: 49:27

9,5/10



Escrito por Santiago Tadeo Cervera para Acid Jazz Hispano.

martedì 18 marzo 2008

Crítica de The other side of something, de Bill Evans


Bill Evans.
THE OTHER SIDE OF SOMETHING.
Intuition.
Edición: 2007.
Estilo: Bluegrass; Jazz-Rock.
Gustará a…: los interesados por la música tradicional estadounidense.

Esta es una de esas ediciones cuya carátula ya es una declaración de intenciones. Quien conozca Soulgrass (2005), el anterior trabajo de Bill Evans, sabrá sólo por eso que se trata de una continuación. Ver al músico tumbado sobre un rústico suelo de madera, rodeado de instrumentos como el banjo, la mandolina o el bajo es indicativo de que ha querido seguir desarrollando la fusión de bluegrass, jazz, funk y soul. El saxofonista estadounidense siempre ha querido fusionar el jazz con otros estilos que le interesaban, como el hip hop, el reggae, la música brasileña y, sobre todo, el funk, y parece claro que no tiene ninguna intención de acomodarse, porque cada dos o tres discos cambia radicalmente de estilo. En Soulgrass ya nos presentó su nueva dirección, que consistió en integrar su improvisación al saxo en un contexto deudor de la música indígena estadounidense, especialmente del bluegrass. Pues bien, en The other side of something prolonga el experimento de su anterior trabajo, con la ventaja que da el haber estado dos años de gira interpretando esta música. Cuando Bill Evans se puso a escribir los temas de esta segunda incursíon en el bluegrass visto por un músico de jazz, podía emprender la aventura con la garantía de éxito que da la experiencia adquirida.

The other side of something es un ambicioso trabajo en el que las fronteras estilísticas se diluyen, y esa es la primera prueba del éxito artístico. Ya no es una obra de soulgrass interpretada por músicos habituales del estilo junto a jazzmen, ni tampoco una convivencia, más o menos sencilla, de ambos lenguajes, sino que supone la creación de un tercer estilo nacido de la fusión de ambos. No una integración natural, sino el fruto de un inspirado trabajo de escritura de Bill Evans sumado a unas interpretaciones excepcionales. De nuevo ha contado con el gran Bela Fleck, alguien habituado a lidiar con todo tipo de ejercicios de fusión y que conoce muy bien las posibilidades de expansión del bluegrass. También contribuyen de nuevo un músico de estudio tan talentosos como Sam Bush, unos bajistas tan solventes como Victor Wooten o Richard Bona y un versátil batería, Dennis Chambers, que es de los que inspiran confianza. Hasta Randy Brecker se pasó por el estudio para contribuir con su maravillosa interpretación de la trompeta en Kinda green. Pero buena parte del peso, y me refiero al interpretativo, recae en Bill Evans. No sólo sigue haciéndonos disfrutar con su capacidad a la hora de improvisar, sino que ha compuesto unos acertados arreglos que le han obligado a tocar los saxos tenor, soprano y barítono en el estudio para crear su propia sección de vientos. Además, se ha atrevido a cantar en varios cortes, y aunque este instrumento no lo domina tanto como el saxo, es una faceta más que valoro muy positivamente y que espero que siga desarrollando.

Créditos:
Bill Evans: saxo tenor, saxo soprano, saxo barítono, producción y voz.
Bela Fleck: banjo.
Sam Bush: mandolina y voz.
Victor Wooten: bajo.
Richard Bona: bajo.
Dennis Chambers: batería.
Christian Howes: violín.
Ryan Cavanaugh: banjo.
Joel Rosenblatt: batería.
Pat Bergeson: guitarra.
Clifford Carter: teclados.
Roger Squitero: percusión.
Randy Brecker: trompeta.
Jim Beard: piano.
Mickey Raphael: harmónica.
Vanesse Thomas: voz.
Robert Battaglia: grabación.
Bud Driver: ingeniero.
Phil Magnotti: mezcla.
Marko Schneider: master, entrenadora vocal de Bill Evans.

Este es el tracklist del CD:

Easy way out. 3:17
Ode to the working man. 5:04
Sweet tea. 5:53
No where to go. 4:49
Professor pork phat. 7:05
Walk into the light. 3:03
Way out east. 7:30
Dance of the leprechaun. 8:16
How the West was won. 6:11
Kinda green. 5:23
Slippery bigs forever. 5:25

Duración total: 1:02:14

9/10


Escrito por Santiago Tadeo Cervera (santiagotadeo@gmail.com) para http://www.acidjazzhispano.com/

III PREMIOS ACID JAZZ HISPANO 2007 - ¡LOS GANADORES!


El 29 de Febrero acabó el plazo de votación de la segunda ronda de los III Premios Acid Jazz Hispano, en la que decidisteis vuestros favoritos en las catorce categorías propuestas. Estamos muy gratamente sorprendidos con la entusiasta acogida que han tenido esta tercera edición de los premios, pues ha aumentado considerablemente la participación, superando sobradamente la de años anteriores. Aprovechamos para daros las gracias a todos los que habéis votado y para felicitar tanto a los ganadores como a los nominados, porque, aunque suene a tópico, cualquiera se merecía el reconocimiento del premio. Además de las catorce categorías que ya conocéis, anunciamos los ganadores de los dos premios especiales, instaurados por primera vez este año y decididos por el equipo de redacción de Acid Jazz Hispano: el Premio a toda una carrera y el Premio La Revancha Del Jazz a la aportación radiofónica. Ver ganadores.

martedì 5 febbraio 2008

III PREMIOS ACID JAZZ HISPANO 2007 - ¡LOS NOMINADOS!

Por tercer año, y puntuales como siempre, la web Acid Jazz Hispano quiere premiar lo mejor de los últimos doce meses, de modo que convoca a todos los usuarios para que participen en los III Premios Acid Jazz Hispano. Vosotros sois los que decidís quién gana en cada una de las catorce categorías, incluyendo mejor disco, mejor tema, mejor compilación, mejor sello, mejor sala, mejor festival, mejor revista... Ya tenemos los nominados, así que ahora sólo falta que os volquéis en la segunda ronda para votar por vuestro favorito en cada categoría. Tenéis hasta el 29 de Febrero para votar, y los ganadores se conocerán en la primera semana de Marzo. ¡A participar!

Nina Simone

Nina Simone es una figura esencial en la historia del jazz y, más concretamente, una de esas vocalistas inolvidables cuya voz se asocia a clásicos inmortales, a versiones definitivas. No obstante, fue también una notable compositora y pianista. Nacida en Tryon (North California), el 21 de Febrero de 1933, con el nombre de Eunice Waymon, aprendiendo a tocar el piano a los cuatro años, llegando a estudiar en la Julliar School of Music, en Nueva York, algo poco común para una mujer negra en aquella época. Empezó a trabajar como pianista de acompañamiento, hasta conseguir un trabajo en un local de Atlantic City: aunque se ofreció como pianista, le dijeron que tenían que cantar también para obtener el puesto, y así es como, en 1954, cambia su nombre por Nina Simone (por la actriz francesa Simone Signoret), y debuta como cantante. En 1957 edita su primer álbum, Little girl blue, para el sello Bethlehem, en el que confirma su talento, en su triple faceta de cantante, compositora y pianista.

Gracias a la notoriedad alcanzada con sus primeros trabajos, actúa en festivales y salas de importancia, como el Town Hall, el Carnegie Hall o el Newport Jazz Festival, consiguiendo también un contrato con el sello Philips, para el que grabará una decena de álbumes. En 1963, cuando cuatro niños negros ason asesinados en una iglesia de Birmingham, escribe el tema Mississippi Goddam, una acusación a la situación de la comunidad negra en Estados Unidos, una pieza cargada de fuerza que, irremediablemente, nos lleva a lamentar que no compusiera temas con mayor frecuencia. Finalizada su época en Philips, con al edición del álbum High priestess of soul (uno de sus apodos), firma por RCA, iniciando esta nueva época con Nina Simone sings the blues (1967), su mayor obra maestra. En esos años también grabará trabajos tan destacados como el sorprendente Nina Simone and piano o Emergency War!

En 1974, sintiéndose manipulada y disgustada con las compañías de discos y el rascismo, deja Estados Unidos por Barbados, iniciando un periodo de su vida nómada, instalándose también en París, Suiza, Inglaterra, Liberia y Holanda, hasta asentarse definitivamente en el sur de Francia, donde murió. De esa época data el álbum Baltimore (1978 ). Su siguiente trabajo, Fodder on my wings, se graba en París, en 1982, con temas escritos y arreglados por ella, con su interpretación del piano y cantando en inglés y francés. Dos años después, su concierto en Ronnie Scott (Londres), es grabado, de modo que se conserva un emotivo documento visual que incluye al batería Paul Robinson. Contemporáneamente, uno de sus primeros temas, My baby just cares for me, se convierte en un hit gracias a su inclusión en una película, consiguiendo que Nina Simone sea redescubierta y vuelva a actuar en los mejores escenarios de todo el mundo.

En 1990 publica su autobiografía, I put a spell on you, que desde entonces ha sido traducida a un gran número de lenguas. Tres años después graba un nuevo álbum de estudio, A single woman, y el film Point of no return incluye hasta cinco temas suyos, lo que, evidentemente, contribuye a aumentar su popularidad. Durante la segunda mitad de los noventa sigue actuando con regularidad en todo el mundo, participando en festivales como el Nice Jazz Festival, el Thessalonica Jazz Festival o el Guinness Blues Festival. También recibe varios premios en Estados Unidos, entre ellos el Diamond Award for Excellence in Music, y la ciudadanía honoráfica de Atlanta, ambos en el 2000. El 21 de Abril, tras una larga enfermedad, muere en Carry-Le-Rouet, una localidad del Sur de Francia y, siguiendo su deseo, sus cenizas son distribuidas por varios países africanos. Desde entonces, prácticamente todos sus álbumes han sido reeditados, de modo que su música sigue inspirando a músicos actuales y sigue siendo descubierta por nuevas generaciones. En el 2006, RCA lanza el proyecto de remezclas Remixed & reimagined.


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Herbie Hancock

Herbie Hancock es una de las mayores figuras de la historia del jazz, destacado, sobre todo, por ser uno de los pioneros del estilo denominado fusion, uno de los que con más acierto fusionaron jazz, funk y r&b. Compositor, teclista y líder de formación, ha sabido compaginar una brillante carrera en solitario, movido por una continua evolución, por la constante experimentación, con colaboraciones con algunos de los más importantes jazzmen. En este sentido, será recordado como uno de los integrantes del quinteto de los 60 de Miles Davis, lo que le permitió participar en la grabación de obras maestras como Miles smiles o In a silent way.

Nacido en Chicago en 1940, Hancock fue un niño prodigio, capaz de interpretar un concierto de Mozart para piano y orquesta con sólo once años. Pronto se interesó por el jazz, influenciado por Oscar Peterson y Bill Evans, hasta que, con 20 años, fue descubierto por el trompetista Donald Byrd. Tras dos años como músico de estudio con Phil Woods y Oliver Nelson, entre otros, firmó por Blue Note, debutando como líder con Takin’ off, álbum que fue un éxito y que incluye el hit Watermelon man. Fue entonces cuando fue contratado por Miles Davis como miembro de su legendario quinteto, la mejor formación de los 60, con la que grabó algunos de los álbumes más importantes de la historia del jazz. Paralelamente, siguió con su carrera en solitario, editando trabajos clásicos como Maiden Voyage, Empyrean Isles o Speak Like a Child, además de componer la banda sonora para el film Blow up, del italiano Michelangelo Antonioni.

Tras separarse de Miles Davis a finales de los 60, se centró en la nueva corriente de jazz eléctrico iniciada con Bitches brew, experimentando la fusión del jazz con otros estilos como el funk, el soul, el r&b… Formó la banda Headhunters, con la que grabó el gran disco Head hunters, uno de los imprescindibles del jazz-fusión, y uno de los más vendidos del jazz (el primer en ser disco de platino). A lo largo de los 70 prácticamente todos sus álbumes fueron éxitos, entrando incluso en las listas de ventas pop. En los 80, Herbie descubrió al mundo al trompetista Wynton Marsalis, produciendo su álbum debut. En 1983 colaboró con Bill Laswell en dos trabajos, Future Shock y Sound System y el resto de la década se centró en la música para cine, componiendo las bandas sonoras de filsm como Round midnight (que le valío un Oscar), Colors, Jo Jo Dancer, Action Jackson y Harlem Nights.

En los 90, curiosamente, el acontecimiento más destacado fue que Geoff Wilkinson aka Us3 utilizó un sample de su tema Cantaloup Island, convirtiéndolo en Cantaloup (flip fantasia), uno de los mayores éxitos de 1993, que convirtió el álbum en el que estaba incluido, Hand on the torch, en uno de los más vendidos de Blue Note. En 1994, Hancock firmó por Polygram Label Group, formando un grupo de estrellas con el que grabó The new standard. En 1997 editó 1+1, un dúo con Wayne Shorter, y un año después reunió a Headhunters para grabar un disco en su propio sello, distribuido por Verve. Pero el trabajo más recordado de aquella década fue Gershwin's World, en el que participaron músicos como Joni Mitchell, Stevie Wonder, Kathleen Battle, The Orpheus Chamber Orchestra, Wayne Shorter y Chick Corea, homenajeando a George Gershwin.

En 2001 editó Future2future, creado junto a Bill Laswell, en el que colaboró con jóvenes artistas de la escena techno y hip hop, y un año después Directions in Music: live at Masse Hall, grabado junto a Roy Hargrove y Michael Becker. Su último tabajo de estudio hasta la fecha, Possibilities, llega a las tiendas en Agosto del 2005, y cuenta con las colaboraciones de Sting, Annie Lennox, John Mayer, Christina Aguilera, Paul Simon, Joss Stone, Damien Rice y Carlos Santana, entre otros. También volvió a recuperar Headhunters, pero con formación renovada: los guitarristas John Mayer y Lionel Loueke, el contrabajista Marcus Miller, el batería Terri Lyne Carrington, el trompetista Roy Hargrove y el percusionista Munyungo Jackson.



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Wayne Shorter

Wayne Shorter, saxofonista, arreglista, compositor y líder de grupo, está considerado como uno de los grandes de la historia del jazz. Pero es que no puede ser de otra manera cuando ha formado parte (especialmente activo como compositor, además), de formaciones como los Jazz Messengers de Art Blakey, del segundo quinteto de Miles Davis y, ya en los 70, del grupo de fusión Wheather Report. Su carrera como líder es igualmente brillante, tan prolífica como interesantes en los 60, inmersa en la fusión en los 70, algo más floja en los 80 y, de nuevo, a partir de mediados de los 90, fascinante y siempre innovadora. En cualquier caso, su discografía es muy recomendable para cualquier amante del jazz y, prácticamente, muestra la evolución del jazz desde los 60, al menos en su principal corriente. Se ha discutido mucho sobre si su aportación musical ha sido más importante como saxofonista (tenor y soprano) o como compositor, pero lo cierto es que si como intérprete muchos críticos han señalado la alargada sombra de John Coltrane (al menos durante la primera mitad de los 60, porque luego cualquier comparación hubiera sido injusta), en calidad de compositor su originalidad e innovación ha sido siempre reconocida. Por algo ha sido llamado el hombre de las ideas de Miles Davis, ya que era él quien componía buena parte de los temas para su quinteto. Sin duda, una de las figuras imprescindibles del jazz.

Nacido en Newark, Nueva Jersey, el 25 de Agosto de 1933, descubrió el jazz a los 15 años, al escuchar a Lester Young en un espectáculo de los denominados Norman Granz Jazz at the Philharmonic (Norman Granz es el fundador de Verve). En ese concierto escuchó también a Stan Kenton, Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Russell Jacquet… Al acabar, el joven Shorter dijo: “consígueme un clarinete”. A los 16 tuvo el primero y empezó a estudiar música. Tras optar por el saxo tenor, formó un grupo en Newark, The Jazz Informers, lo que le permitió compartir escenario con la banda de bebop Jackie Bland Band. Estudió en la universidad de Nueva York al tiempo que se interesaba por la rica escena jazz de Manhattan. Tras graduarse, trabajó con Johnny Eaton en sus Princetonians, ganándose el alias de “the Newark flash” por su velocidad tocando el saxo. Ya estaba creando su personalidad como intérprete cuando tuvo que cumplir el servicio militar. A la vuelta, en 1958, trabajó brevemente con Horace Silver para posterioremente tocar con John Coltrane y Sonny Rollins. En 1959 formó parte de la Maynard Ferguson big band, se embarcó en los Jazz Messengers en Agosto del mismo año y debutó como líder en el sello Vee Jay con Introducing Wayne Shorter. En 1964, el mismo año en el que Miles Davis le convenció para que se uniera a su formación, debutó en Blue Note con Night dreamer, al que seguirían álbumes como Juju y Speak no evil (1964), The soothsayer, Et cetera y The all seeing eye (1965), Adam’s apple (1966), Schizophrenia (1967), Super nova (1969) y Odissey of Iska (1970), todos para Blue Note.

En 1970 fundó, junto al teclista Joe Zawinul, el grupo Weather Report. Con este conjunto grabó una decena de álbumes durante los 70 y parte de los 80, hasta su disolución en 1985. Entre tanto, siguió grabando en solitario, aunque menos asiduamente. En los 70 llegaron Moto grosso feio (1970) y Native dancer (1974), y en los 80, tras la separación de Weather Report, Atlantis (1986), Phantom Navigator (1987) y Joy Ryder (1988 ), los tres para Columbia. Su carrera se relanzó al comenzar su etapa en Verve, que comenzó con High life, de 1995, su último disco eléctrico hasta el momento. Dos años después grabó un dúo (enteramente acústico) con Herbie Hancock en 1+1, también para Verve. En el 2001 formó un cuarteto completado por Danilo Perez (piano), John Patitucci (contrabajo) y Brian Blade (batería), con el que estuvo de gira aquel año y los siguientes, inmortalizando algunos de sus directos en el álbum Footprints live! (2002). Alegria data del 2003 y Beyond the sound barrier del 2005. En el 2007 recibe el premio Donostiako Jazzaldia en el 42 Heineken Jazzaldia.



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Dave Holland

Dave Holland, uno de los contabajistas contemporáneos de jazz más destacados, nació en Wolverhampton (Inglaterra), el 1 de Octubre de 1946. Desde temprana edad se interesó por la música, tocando el ukele a los 4, la guitarra a los 10, y el bajo a los 13. Ya en la adolescencia, tras dejar la escuela para ganarse la vida como músico, empieza a escuchar jazz, descubriendo la obra de bajistas como Ray Brown o Leroy Vinnegar. Se hace entonces con un contrabajo y empieza a estudiar. Acude a locales de jazz con su instrumento, hasta que le ofrecen un empleo en una formación de un centro vacacional, para posteriormente formar parte de una big band que acompañaba al cantante Johnny Ray. En 1964, tras mudarse a Londres, es admitido en la Guildhall School: el segundo año es el principal bajista en la orquesta de la escuela. En 1966 trabaja con músicos como John Surman, John McLaughlin, Evan Parker, Kenny Wheeler, John Taylor o Chris MacGregor, además de trabajar para la radio, el cine y la televisión.

Su carrera da un salto cualitativo en 1967 cuando, en una de sus actuaciones en Ronnie Scott (junto a jazzmen como Coleman Hawkins, Ben Webster o Joe Henderson), es escuchado por Miles Davis, que le pide que se una a su banda. Durante dos años actua con el trompetista frecuentemente y participa en la grabación de dos álbumes clave de la historia del jazz: Bitches brew e In a silent way. En 1970 forma, junto a Chick Corea, Anthony Braxton y Barry Altschul, el grupo Circle, tras su disolución, dos años después, se une al grupo de Stan Getz, e inicia la que iba a ser una larga relación musical con Sam Rivers (además de haber trabajado con Thelonious Monk). En 1972 se produce su debut discográfico como líder, el aclamado y muy recomendable Conference of the Birds, aunque un año antes había grabado Music from two basses (1971, ECM), a dúo con Barre Philips. Durante la segunda mitad de los 70, colabora con Anthony Braxton, Sam Rivers y Betty Carter, forma el trío Gateway (junto a John Abercrombie y Jack DeJohnette) y graba el álbum Emerald Tears.

En los 80 edita el disco Life Cycle y pone en marcha su primera formación, originalmente con Kenny Wheeler, Julian Priester, Steve Coleman y Steve Ellington, con las posteriores incorporaciones de Marvin "Smitty" Smith y Robin Eubanks. Este conjunto grabó los interesantes álbumes Jumpin' In, Seeds of Time y The Razor's Edge, y estuvo de gira hasta 1987. En 1988 graba, como trío (con Jack DeJohnette y Steve Coleman), el trabajo Triplicate, y edita dos discos a dúo con Hank Jones, uno de ellos también con Billy Higgins. Ese mismo año crea un nuevo conjunto (integrado por Steve Coleman, Kevin Eubanks y Marvin "Smitty" Smith), con el que graba el excelente larga duración Extensions.

En 1990 estuvo de gira con Parallel Realities, una formación de Jack DeJohnette con Herbie Hancock y Pat Metheny, y participó en el álbum Question and Answer, junto a Metheny y Roy Haynes. En 1992 actuó regularmente con el trío de Herbie Hancock y grabó So Near, So Far. En 1993 edita su segundo disco en solitario, Ones all, y un año después el disco en directo Feed the Fire, junto a Betty Carter, Geri Allen y Jack DeJohnette. Los trabajos Homecoming y Dream of the Elders llegan a las tiendas en 1994 y 1995 respectivamente, y un año después participa en los álbumes Tales from the Hudson, de Michael Brecker, The New Standard, de Herbie Hancock y The Child Within, de Billy Childs.

En 1997 crea un nuevo quinteto, con Steve Wilson, Robin Eubanks, Steve Nelson y Billy Kilson, con el que edita los exitosos trabajos Points of View (1998 ) y Prime Directive (2000). Desde entonces su discografía ha seguido creciendo con Not for nothin’ (2001), What goes around (2002), Extended play: live at Birland (2003), Overtime (2005) y Critical mass (2006).



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John Coltrane

John Coltrane es uno de los mejores y más revolucionarios (junto a Charlie Parker) saxofonistas de la historia del jazz. Se hizo popular formando parte del quinteto de Miles Davis para posteriormente emprender una brillante carrera en solitario. Suyo es A love supreme, el álbum clave del free jazz y uno de los más importantes de los editados en el siglo XX. Murió prematuramente a finales de los 60, pero su influencia y legado perdura en casi todos los saxofonistas posteriores. Por otra parte, de no ser por su innovador y experimental trabajo (como intérprete, compositor y líder de su proprio conjunto), el jazz no tendría nada que ver con el que conocemos actualmente. Es, evidentemente, uno de los grandes jazzmen, de los que todo aficionado debe conocer.

Hijo de John R. Coltrane y de Alice Coltrane, nació en Hamlet, el 23 de Septiembre de 1926. En 1939, tras su graduación y la muerte de su padre, abuelos y tío, se unió a una formación musical, aprendiendo a tocar el clarinete y el saxo. En 1943 se mudó a Filadelfia, consiguiendo trabajos no relacionados con la música. Eso sí, ingresó en la Ornstein School of Music y empezó a tocar en clubs locales. Tras ser reclutado para la armada, volvió a Filadelfia en el verano de 1946, formando parte de la Joe Webb Band, y, posteriormente, de la King Kolax Band y la Jimmy Heats Band (que pasó a llamarse la Howard McGhee All Stars), hasta 1949, año en el que se unió a la big band liderada por Dizzy Gillespie. A principios de los 50 sufrío una adicción a la heroina, lo que, evidentemente, repercutió negativamente en su carrera. En 1954 fue contratado por Johnny Hodges, aunque en Septiembre de ese mismo año fue despedido por su drogadicción. Afortunadamente, su carrera dio un salto cualitativo cuando Miles Davis le incluyó en su quinteto (que se completa con el pianista Red Garland, el contrabajista Paul Chambers y el batería “Philly” Joe Jones). Con este quinteto grabó álbumes tan destacados como The new Miles Davis Quintet, Cookin', Steamin', Workin’, Relaxin' (todos para el sello Prestige) y Round about midnight (el debut en Columbia).

En 1956, debido a sus continuos problemas con las drogas, fue despedido por Davis, lo que le ayudó a dejarlo definitivamente. Así, en 1957, debutó finalmente como líder, creando una banda con el trompetista Johnny Splawn, el saxofonista Sahib Shihab, los pianistas Mal Waldron y Red Garland, el contrabajista Paul Chambers y el batería Al “Tootie” Heath. El primer trabajo se tituló Coltrane y lo editó Prestige. Ese año se unió al Thelonious Monk Quartet y, en años sucesivos, siguió grabando álbumes para Prestige o Blue Note. En 1958 volvió a actuar con Davis, en el Newport Jazz Festival, un directo editado posteriormente en el álbum Miles & Monk at Newport (1964). Tras varios álbumes para Prestige, firmó por Atlantic Records, debutando con el LP Bags and Trane, y grabó con Davis la obra maestra Kind of blue.

A principios de los 60 grabó frecuentemente para Atlantic Records, material editado en bastantes discos, e incorporó a su formación al contrabajista Reggie Workman y al flautista Eric Dolphy. Gracias al éxito obtenido con My favourite things, firmó por Impulse! Records (actualmente perteneciente al Verve Music Group, pero por entonces filial de ACB-Paramount). En su nuevo sello siguió grabando con la misma frecuencia que le caracterizaba, reuniendo más material del que podía editarse, de ahí que, tras su muerte, durante años siguieran llegando al mercado grabaciones inéditas. De esa época destacan discos como Impresssions (1963), Live at Birdland (1964), Crescent (1964) y, sobre todo, A love supreme (1964) y Ascension, el que posiblemente sea su gran trabajo y punto culminante del free-jazz. En 1966 editó Kulu se mama y Meditations, el último de los que llegaron a las tiendas en vida, aunque dió la aprobación a su último álbum, Expression, días antes de su muerte. A partir de entonces, Impulse! editó varios discos más, algunos de ellos excelentes, y salieron a la luz muchas grabaciones en vivo.



Escrito por Santiago Tadeo Cervera para http://www.acidjazzhispano.com/

Miles Davis

Miles Davis es, junto a Louis Armstrong, la gran figura del jazz, y no me refiero sólo a su popularidad (es conocido incluso por aquellos que nunca han escuchado uno de sus álbumes, es un icono de la música), sino a que ambos lo hicieron avanzar. Claro que, en el caso de Davis, se puede afirmar que lo revolucionó, hasta tres veces además. De hecho, desde finales de los 40 hasta principios de los 70 (y hay quien lo alargaría hasta dos décadas más), encabezó cada innovación del jazz. Fue el creador del cool jazz, el estilo que mejor se adapta a su manera de tocar la trompeta (al menos más que el bebop), a finales de los 50 introdujo el jazz modal (que se basa, para la improvisación, en escalas y no en acordes) y, finalmente, en 1969, ofreció la primera fusión válida de jazz y rock, iniciando asi el estilo conocido como Fusion. A partir de entonces, su carrera no fue tan brillante, aunque en los 80 siguió experimentando, influenciando a la escena electrónica y hasta siendo uno de los pioneros en la fusión de jazz y rap. Por eso existe la opinión de que el jazz ha dejado de evolucionar a partir de su muerte (1991), aunque yo creo que eso no es del todo cierto teniendo en cuenta que el nu-jazz, sobre todo a partir de la segunda mitad de los 90, ha iniciado una nueva evolución, gracias a St. Germain, Matthew Herbert y compañía. En cualquier caso, lo que está claro es que escuchar la discografía de Davis es imprescindible para conocer la historia del jazz, es decir, la historia de la música del siglo XX.

Nacido en Alton (Illinois), el 26 de Mayo de 1926, hijo de Dr. Miles Dewey Davis, Jr. y Cleota Mae Davis (profesora de música), se interesó pronto por la música, recibiendo clases de trompeta desde los 12 y tocando en grupos locales de R&B. Tras poder formar parte de la big band de Billy Ekstine, en la que tocaban Dizzy Gillespie y Charlie Parker (los dos representantes del bebop), se mudó a Manhattan para ingresar en el Institute of Musical Art in New York City (el conocido como Julliard), pero asistió poco a clase porque prefirió tocar junto a Charlie Parker, algo que me parece muy sensato: estoy convencido de que se aprende más durante una hora con “Bird” que en varios años de clases, por bueno que sea el profesor. Gracias a esos años junto a maestro, mejoró como intérprete, precisamente porque la velocidad del bebop exigía notables competencias técnicas.

Posteriormente formó un noneto, integrado por, entre otros J.J. Johnson, Lee Konitz, Gerry Mulligan, John Lewis y Max Roach, con el que grabó doce temas para Capitol, con arreglos del gran Gil Evans, unas grabaciones de 1949 que no serían editadas hasta 1957, conformando la obra maestra Birth of the cool. Esas grabaciones, no obstante, fueron enormemente influyentes, dando lugar al estilo conocido como cool jazz. La primera mital de los 50 fue una época oscura para Davis, debido a su adicción a la heroina, de la que no se liberó hasta mediados de la década, cuando formó su primer quinteto, formado por el saxofonista John Coltrane, el pianista Red Garland, el contrabajista Paul Chambers y el batería Philly Joe Jones, con el que grabó una serie de discos para el sello Prestige: The new Miles Davis Quintet, Cookin', Steamin', Workin’ y Relaxin'. Tras esta etapa, y tras impresionar con su interpretación de Round about midnight en el Newport Jazz Festival de 1955, consiguió un contraro con la major Columbia (que duraría treinta años), para la que grabó Round about midnight, seguido de una nueva colaboración con el arreglista Gil Evans, en Miles ahead. Sumó al saxofonista Cannonball Adderley, creando un sexteto con el que grabó Milestone (1958 ) y el que habitualmente se considera el mejor, más conocido y más vendido álbum de jazz: Kind of blue. Además, editó otras dos inolvidables colaboraciones con Gil Evans: Porgy and Bess y Sketches of Spain. Entre tanto, en uno de sus viajes, creó la banda sonora para el film Ascenseur pour l'echafaud, de Louis Malle.

Ya en los 60 formó un nuevo quinteto, esta vez con el saxofonista Wayne Shorter, el pianista Herbie Hancock, el batería Tony Williams, y el contrabajista Ron Carter. Con esta formación experimentó con el free jazz e introdujo el jazz modal que ya había desarrollado en Kind of blue. A finales de los 60 comienza a usar instrumentos electrónicos, utilización que culmina en dos álbumes de jazz-rock, Bitches brew e In a silent way, con los que nace la Fusion, y en los que participan Chick Corea, Herbie Hancock, John McLaughlin, Wayne Shorter o Joe Zawinul, entre otros. En los 70 tiene que interrumpir sus grabaciones y apariciones en directo por un accidente, y no volverá hasta 1980. Acostumbra a actúar de espaldas al público y alternando el piano y la trompeta, mientras que su trabajo de estudio sigue siendo tan experimental, aunque no sea ni tan mainstream ni, sobre todo, tan convincente. Claro que esta última etapa de su carrera (muere en 1991) todavía necesita de la perspectiva temporal para ser apreciada correctamente. Es muy posible que en unos años algunos de sus discos de los 80 adquieran el estatus de obras maestras como lo son sus grabaciones de décadas anteriores. Eso sí, hasta el final estuvo impulsando el jazz hacia adelante, como siempre, y está por ver quién será el nuevo Miles Davis (si es que hay uno), esa figura que vuelve a revolucionar la música durante décadas.



Escrito por Santiago Tadeo Cervera para http://www.acidjazzhispano.com/